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miércoles, 19 de marzo de 2014

FALLECIÓ EL FUNDADOR DE LAS DAMAS SALESIANAS

Falleció el Fundador
de las Damas Salesianas

La  Asociación Damas Salesianas cumple con el triste deber de participar el fallecimiento de su Fundador, el Padre Miguel González García, sdb, acaecido en Caracas el día 14 de marzo de 2014.

El Padre Miguel nace en Urdiales del Páramo, en la Provincia de León, España el 27 de abril de1927. Alos once años entra al Seminario, dedicándose desde entonces al estudio y  al servicio de Dios y  del prójimo emulando a Don Bosco, maestro de juventudes.
Enviado a América por su vocación misionera, concluye sus estudios en el Instituto Internacional don Rúa de  El Salvador, donde se diploma en Teología y Sociología. Se ordena sacerdote salesiano en San Salvador  el 14 de noviembre de 1954. “Para ti, Señor, el honor y la gloria, para mí, el trabajo” fue el lema  que escogió para su vida sacerdotal.

Luego de su ordenación  es enviado   a  Cuba, en donde vivió y trabajó siete años Esta experiencia marca para el resto de su vida  su forma de ver el mundo. Considera fundamental convencer a quienes más poseen de  que no solo es necesario practicar la caridad, sino que hay que involucrarse activamente y trabajar por la justicia social para modificar  las injustas estructuras  socioeconómicas existentes e inducir cambios sociales que permitan una vida digna para los más pobres, a través del amor y la justicia. Visionario y audaz, se adelantó a su tiempo al demandar la incorporación de los laicos -en especial de  la mujer- al trabajo social.

Llega  a Venezuela el 6 de marzo de 1961. En Valera, organiza a hombres y mujeres de la comunidad para trabajar a favor de los más débiles y constituye el Comité de Acción Social, primer núcleo de su vasta obra posterior.

Destinado a Caracas, se le encarga la construcción del Templo Nacional San Juan Bosco, en Altamira. Ya por aquel entonces tenía clara  la forma en la que realizaría su proyecto de acción social. Habla con los arquitectos para que al construir el Templo destinasen los sótanos para las obras sociales que  tiene en mente fundar. Así nace el Complejo Social Don Bosco, Casa Matriz de la Asociación Damas Salesianas (ADS).

Una vez concluido e inaugurado el Templo, el Padre Miguel retoma su sueño y convence a sus colaboradores y amigos de la necesidad de abocarse a asistir a los más pobres mediante una  labor integral: apoyarlos en su crecimiento espiritual, a la vez que se les resuelven sus problemas más acuciantes de salud. Pronto sigue la capacitación para el trabajo, como medio para “no dar el pescado, sino enseñar a pescar”.

El 13 de mayo de 1968, se constituye formalmente la Asociación Damas Salesianas. Asociación Civil sin fines de lucro, agrupación privada de fieles regida por el derecho canónico, constituida por mujeres laicas católicas; su acción se dirige a la promoción integral del hombre, con énfasis en la asistencia a las mujeres y a los jóvenes por ser estos los sectores más débiles de la sociedad en la Venezuela de aquellos años sesenta.

La ADS fue  creciendo y consolidándose,  extendiéndose primero  en Caracas  y de seguidas por el interior del país donde nacieron nuevos Centros, y luego también al exterior. Esta expansión de las obras del Padre Miguel lo convence de la necesidad de   crear estructuras de organización y gobierno que garanticen el buen gobierno de la Asociación, por lo que se dedica a la redacción de  los documentos que le darían a su proyecto-empresa sustento jurídico y organizacional.

La ADS recibe el reconocimiento eclesiástico, otorgado por decreto del Cardenal  José Alí Lebrún   el 29 de septiembre de 1988 y el reconocimiento como grupo perteneciente a la Familia Salesiana,  concedido por el Rector Mayor Don Egidio Viganó, s.d.b. y su Consejo, el  29  de diciembre de ese mismo año.

A llevar a la realidad este sueño dedicó el Padre Miguel el siguiente medio siglo de su vida. Después de más de siete décadas dedicadas al servicio de los demás, los frutos de su trabajo están visibles en  127 Centros ADS en Venezuela,  los demás países de América, desde California a la Patagonia,  España y  Filipinas.

Con estos frutos se presenta hoy ante su Creador. Con la certeza de haber cumplido durante su larga vida, sin prisas pero sin pausas, la promesa realizada el día de su ordenación: “Para ti Señor, el honor y la gloria,  para mí el trabajo”.

Gracias al Señor por su vocación y por su larga y fructífera vida. Paz a su alma.


Caracas, 14 de marzo de 2014

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