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jueves, 8 de febrero de 2018

FIESTA DE SAN JUAN BOSCO 2018

 JUAN BOSCO 2018

            Con ocasión de esta fiesta tan salesiana, la Comunidad de Valladolid tiene la costumbre de invitar a participar en la comida a miembros de las Juntas o representantes de las diversas Asociaciones de la amplia Familia Salesiana que trabajan en Pajarillos. En nuestro caso de los Antiguos Alumnos, debido a que Tirso sigue convaleciente, los compañeros delegaron en mí, consciente de que por méritos de trabajo correspondería merecidamente a otros.
            El caso es que sumamos un buen número de personas, de modo que llenamos prácticamente el comedor, donde abundaban como es lógico los jóvenes. Entre los invitados estaba también el nuevo Presidente de Proyecto Hombre y nuestro queridísimo Alberto.
            En la sobremesa cantamos animados por el acordeón de Pedro, que nos deleitó con esa canción tan bonita de “El país de la luz”. También reímos con los chistes de Alberto y Leoncio. Por mi parte proveché para saludar a todos de parte de nuestro presidente Tirso, notificándoles junto con Félix Rueda, que ya va mejor. Óscar, el presidente de Juan Soñador, nos confirmó que habían ampliado sus competencias (de presidente) a toda la Inspectoría nada menos. Enhorabuena Óscar.
            Y por la tarde, a las 18 h. un grupo de Antiguos Alumnos quedamos para preparar unas mesas con algunos aperitivos para la gente que lo desee al salir de misa.
            A las 20 comenzó la Eucaristía concelebrada por varios salesianos de la Comunidad y presidida por Ángel Téllez, párroco de María Auxiliadora. La iglesia, bien iluminada y florida, donde destacaba la estatua de D. Bosco en el presbiterio, estaba llena un rato antes. Tras los ensayos musicales, con un nutrido grupo de músicos y cantores, comenzó puntual la ceremonia. Las ideas de las lecturas: “Estad alegres, os lo repito, estad alegres”, y “siendo la mostaza la semilla más pequeña, luego llega a ser…” mensajes que Ángel aplicó a la figura de D. Bosco, invitándonos a que hagamos lo mismo allá donde estemos.
            Y finalmente todos están invitados a un pinchito. Es un momento de celebración, saludos y charla amigable, donde los grupos están cada vez más abiertos, pues ya son muchas las ocasiones y los encuentros donde la mayoría coincidimos.

            Sed felices. Un abrazo, Carlos López.