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jueves, 20 de marzo de 2014

ANÁLISIS DEL CAPÍTULO GENERAL 27

El Rector Mayo
ANALIZANDO LA SITUACIÓN
Lunes 17 de marzo de 2014

Hemos comenzado esta aventura espiritual con algunos días preliminares (peregrinación a los lugares de Don Bosco, la presentación de la relación de los consejeros de sector y regionales y los Ejercicios Espirituales) que han sido muy importantes para la integración de los hermanos capitulares, para la creación de un ambiente de escucha, de reflexión, de oración y de trabajo.
El CG 27 tuvo su comienzo oficial con la apertura solemne y la presentación de la relación de la visión de conjunto del estado de la Congregación y las perspectivas de futuro por parte del Rector Mayor.
La primera semana de trabajos capitulares, además del conocimiento y familiarización con el programa informático, estuvo dedicada al estudio de la Relación, tratando de determinar bien los grandes retos y oportunidades que la Congregación tiene en el presente y en futuro inmediato, y a la organización de las comisiones y las primeras elecciones y nominaciones (moderadores, secretarios) para el funcionamiento del CG.  
La segunda semana de trabajos capitulares se ha revelado muy fecunda, lo cual hace ver tanto la buena organización, como la actitud de colaboración de todos para el buen éxito. En efecto la comisión central ha comenzado a coordinar los trabajos, la comisión jurídica ha presentado ya las primera propuestas sobre las estructura de animación y de gobierno central de la Congregación, las 4 comisiones sobre el tema “Testigos de la radicalidad evangélica” han hecho ya el primer trabajo sobre los tres núcleos, y la comisión de redacción ha presentado los primeros dos núcleos.
Todo esto hace prever que en esta tercera semana de trabajos capitulares lograremos tener la oportuna aprobación de las propuestas más urgentes de la comisión jurídica (aquellas que tienen necesidad de aprobación de la Santa Sede) y dejar listo el primer borrador del documento capitular antes de entrar en la semana del discernimiento y elecciones. Obviamente dependemos del tiempo que nos pueda ocupar el estudio de comisión y asamblea de la comisión jurídica.
Es importante continuar manteniendo este clima de serenidad, de participación, de trabajo y de oración para hacer bien las cosas y llegar así a las elecciones.
Sin embargo me atrevo a invitaros a ser más incisivos y valientes en las grandes líneas de futuro para la Congregación, especialmente en el determinar el “camino” que hay que andar, de modo que de verdad nos pongan en sintonía con el modelo de Iglesia en salida y misionera que sueña el Papa Francisco, Este sueño será posible si hay nuevos agentes pastorales, renovados en profundidad, verdaderos discípulos misioneros del Señor Resucitado, al servicio del Reino, para la transformación del mundo. La conversión personal sola, sin la conversión pastoral y estructural no es suficiente. La conversión pastoral y estructural sin conversión personal es imposible.

Se trata de una opción renovada por Jesús, el Jesús de los evangelios, el Dios-Hombre, una opción hecha de verdad, de humanidad y de servicio, libre de toda domesticación, que nos ayude a descubrir a Dios (quaerere Deum) a través de la intensa experiencia de Dios en Él y a descubrir al hombre  (quaerere hominem) a través de la caridad y la misericordia hacia los hermanos y los jóvenes. Es esto lo que puede volver a hacer atractiva nuestra vida salesiana y hacerla aún más creíble, sugestiva y atrayente, pero sobre todos nos ayudará a que los jóvenes descubran la identidad profunda de Jesús y puedan responder a  su pregunta ¿Quién decís que soy yo?, diciendo “verdaderamente este Hombre es el Hijo de Dios, el Salvador”

Por eso en la parte operativa debemos, sin miedo, ir a la raíz, a las causas de la pobreza y de la exclusión en que viven millones y millones de personas. No olvidemos que la cultura actual tiende a proponer estilos de ser y de vivir contrarios a la naturaleza y a la dignidad del ser humano, colocando el poder, la riqueza y el placer por encima del valor de la persona. Nuestro trabajo educativo pastoral debe ayudar a transformar esta sociedad. La exclusión social no permite la pertenencia a la sociedad en la cual se vive, porque no está debajo, ni  se está en la periferia, ni se está privado de poder, simplemente se está fuera, medio a parte, Las personas excluidas non solamente son explotadas, son un excedente, un desecho social. Esta es la razón por la que debemos comprometernos en una educación y pastoral que devuelva la dignidad a la persona, especialmente a los jóvenes. Precisamente porque esto implica sensibilidad frente a la pobreza, amor a los pobres y a una vida pobre favorece el que seamos testigos de la radicalidad evangélica.
Buen trabajo.

Roma, 17 de marzo de 2014
                                                                       Don Pascual Chávez V., sdb

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