Queridos Hermanos :
Estamos finalizando un día muy intenso, un día en el
que todos nos hemos dejado llevar por
donde el Señor, en su Espíritu, nos ha querido conducir.
Pienso que estas primeras buenas noches no podrán ser
precisas y sólidas en lo programático; habrá otros momentos para ello. Antes
bien quisiera que tuvieran más el sabor a lo que los corazones dicen y sienten.
Me han preguntado mucho los hermanos en el día de hoy:
¿Cómo te sientes? ¿Cómo estás? Puedo decirles: estoy muy bien y me siento bien.
Al mismo tiempo he de añadir que hoy, más que nunca, he entendido tantos
pasajes vocacionales de la Biblia donde los llamados sienten que el Señor les
pide aquello que supera sus fuerzas. Pero al final se cumple esa realidad de
FE: TE BASTA MI GRACIA, NOS BASTA SU
GRACIA.
Creo Hermanos, que hoy todos estamos viviendo un día de
profundo abandono en el Señor desde la Fe. En mi caso por el motivo que bien
conocen, y en el de ustedes, porque se han abandonado en el Señor confiando en
que lo que hoy han decidido será bueno y, creemos, que UNA GRACIA PARA TODOS,
PARA LA IGLESIA, PARA NUESTRA FAMILIA SALESIANA Y NUESTRA CONGREGACIÓN dentro
de ella y PARA LOS JÓVENES, nuestros queridos jóvenes, especialmente los
últimos.
Y diciendo esto el corazón se me conmueve, Hermanos.
Pensar en nosotros como Capítulo General 27 y pensar en nuestro Amado Don Bosco
y lo que nos pide en este momento histórico es sentir que hoy más que nunca
hemos de ser valientes y atrevidos en la vivencia del carisma recibido de él.
Me gustó mucho de nuestro precedente Rector Mayor,
nuestro querido P. Pascual Chávez esa convicción expresada varias veces en la
que nos decía que TODOS HEMOS NACIDO EN I BECCHI. Todo salesiano, por el hecho
de serlo, ha nacido en i BECCHI e I BECCHI es para nosotros el Lugar Teológico
donde nuestro Dios hace que nos encontremos con él por medio de los jóvenes, de
todos los jóvenes, pero en especial los últimos, los excluidos, los que más nos
necesitan.
Tendremos otras oportunidades en las que desarrollar más
lo que ahora apunto pero, sin duda hermanos, que también desde hoy damos un
paso más hacia esa hermosa meta –que es el 2015, Bicentenario del Nacimiento de
Don Bosco- que, si bien es meta en lo cronológico, es PUNTO DE PARTIDA PARA
OTRO TIEMPO FUERTE DEL ESPÍRITU EN LA CONGREGACIÓN Y EN LA FAMILIA SALESIANA.
Añado algo
más: Era un joven inspector cuando leí la carta de nuestro IX Rector Mayor, P.
Pascual, en la que nos decía algo que me quedó grabado a fuego. No busco la
cita ahora, tan solo la idea que tantas veces nos ha expresado, porque tocó muy
hondo mi corazón. La afirmación era esta: LO MÁS VALIOSO QUE TIENE LA
CONGREGACIÓN SON SUS SALESIANOS. Esta es la más profunda convicción, Hermanos,
que quisiera tener delante cada día sin nunca olvidarlo. Lo creo firmemente, y
por eso Gracias, Gracias a ustedes que me acompañan en este momento, Hermanos
del Capítulo General y de la Comunidad de la Casa Generalizia, Gracias a cada
Hermano en cualquier parte del mundo por su Vida y Vocación Salesiana. En nombre
de los jóvenes y de Don Bosco que nos quiere para ellos, GRACIAS A TODOS.
Anoche, el Rector Mayor se despedía con unas hermosísimas
Buenas Noches que nos conmovieron. Nos decía –citando a Don Bosco-, que estaba
seguro que quien viniera después de él cuidaría “de vosotros y de vuestra
salvación”. Maravillosa y trascendente tarea. Ayudadme hermanos a hacerlo
posible. Mi corazón desea ser Servidor, Amigo, Hermano, Padre.
Este saludo de familia no estaría completo sin un agradecimiento. Lo haremos como Capítulo
General 27 en un momento más solemne, pero no podría omitir unas palabras de
PROFUNDO AGRADECIMIENTO AL RECTOR MAYOR, P. PASCUAL CHÁVEZ, a su Vicario P.
Adriano Bregolín, y a todos y cada de los Miembros de su Consejo General. Un gracias profundo y sentido para nuestro
Rector Mayor que ha sido un verdadero Padre y Guía de nuestra Familia y
Congregación dando VIDA Y LA VIDA. Yo puedo dar vivo testimonio de su gran
cariño y permanente cuidado para conmigo
y con mis hermanos en las Inspectorias en las que he vivido en los últimos doce
años. Ahora solamente esto: Gracias Querido P. Pascual, IX Sucesor de Don
Bosco, y a ti y a tu Consejo por estos años tan importantes y transcendentes
para nuestra Congregación y Familia Salesiana. De todo corazón un GRACIAS. Que
Dios te bendiga, que Dios les bendiga, Hermanos del Consejo.
Concluyo, hermanos. Ruego que podáis ver en los
sentimientos expresados lo que le falta a este saludo casi informal, muy de
familia, muy de hermanos.
Damos Gracias al Señor porque sigue Amando a los jóvenes
por medio de nuestra Familia Salesiana y Congregación en la Iglesia. Damos
Gracias a la Madre Auxiliadora porque ciertamente, si somos fieles, radicales
discípulos de su Hijo, ELLA LO SEGUIRÁ HACIENDO TODO; Damos gracias a Don Bosco
por su asistencia y le pedimos que siempre nos lleve de su mano.
A todos, buenas noches.
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