ENCUENTRO
CAMBADOS (1-4 Junio 2017)
Surgió la
idea, como un comentario de tantos, hará 2 años, pero sin ninguna pretensión. Y
esa semilla fue echando raíces porque nos gustaba y el año pasado, cuando
celebraron en Astudillo el 50 aniversario de su Profesión el curso de Carlos M.
Celada, Juanjo Husillos, Herminio y nuestro querido Juan López, decidimos
llevarlo a cabo. Coincidiría con el mismo aniversario, en esta ocasión de
nuestro curso, pero el planteamiento sería diferente: una visita a Cambados
para todos los Antiguos Alumnos Salesianos que habíamos pasado por allí.
Los grupos
que llevan varios años funcionando, con contacto entre ellos, son León,
Palencia, Salamanca, Valladolid y Madrid. Y quienes decidieron organizarlo
fueron los de Palencia, León y Valladolid con sus líderes a la cabeza: Víctor
Martínez, José Luis Tovar y Emiliano Cabezón. Ellos con la colaboración
inestimable de Manuel Ángel Celada, que viaja con frecuencia por la zona de
Sanjenjo, “se arremangaron” (como dicen en mi pueblo) y, tras fijar las fechas,
buscaron los hoteles, restaurantes, buenos precios, lugares, nuevos compañeros…
Todo un compromiso y un buen trabajo.
Entre tantos
es inevitable que surja alguna situación que a más de uno le impidió realizar
el viaje previsto. En más de un caso, ya en nuestras edades, se trataba de una
intervención quirúrgica, por lo que deseamos que se recuperen bien. Con todo,
nos juntamos alrededor de 120 personas. Uno desde Canarias, dos de Barcelona,
otros de Bilbao, Burgos, Madrid, Salamanca, Sevilla, Guadalajara, Valencia,
Asturias etc. Todo un éxito.
El día
central fue el 3 de Junio en el Colegio de Cambados. El solillo iluminaba la
piedra del edificio, los patios, y los jardines. Seguro que la Comunidad se
había molestado en cuidar todo el recinto para acogernos. Estaba todo precioso.
Desde fuera resultaría todo un espectáculo contemplar las caras de alegría al
vernos después de un año y sobre todo las de sorpresa al reconocernos tras 40 o
50 años, abrazos y sentimientos a flor de piel. Entre tanto nuestras damas,
como siempre, dando una nota de mayor
sensatez en su reencuentro, porque algunas ya se conocían de otras ocasiones,
dejando y comprendiendo nuestra algarabía. ¿Juvenil? Por supuesto que no, la
mayoría jubilados, pero el júbilo parecía más propio de críos. Disfrutamos
todos muchísimo.
El Director
de la Comunidad, José Rodríguez Pacheco, Hermenegildo, Ángel Pellitero y Carlos
Celada nos acompañaron en todo momento para enseñarnos las instalaciones. La
capilla, el teatro, el comedor y un dormitorio se mantenían casi tal cual. Los
cambios más destacados (tres dormitorios, aulas, polideportivo, la casa vieja,
la granja… y la ausencia de los magnolios centenarios). La persona que
constituye el pilar de Cambados, D. Luis Ordóñez, se conserva estupendamente;
con sus 87 años continua trabajando, conduciendo la furgoneta, atendiendo a
todo el mundo y sonriendo como siempre. Tuvimos misa en la Capilla, que tantas
veces habíamos visitado, bien iluminada, llena de flores y presidida por María
Auxiliadora.
Tuvimos la comida en el mismo comedor
de antaño, muy grata al tener ocasión de charlar entre nosotros, o quizá gritar
porque el tono le habíamos elevado unos cuantos decibelios como en los viejos
tiempos. Y de postre, la agradable visita de D. Ulpiano que vino desde Coruña
para vernos, y la sobremesa que, al alargarse un poco, hizo que suprimiéramos
el paseo programado a la Roca, para acercarnos a la Toja y continuar la
tertulia.
Algunos
recordamos aquellas canciones simpáticas de los viajes, como Carrascal, carrascal, qué bonita serenata,
en la que cada uno iba poniendo letrillas. O aquélla, un
poco “tirandeira” en los años de Filosofía: Que
vivan nuestros superiores, que con sus santas enseñanzas, iluminan nuestras
mentes y nos hacen hombres de provecho, pal día de mañana. Pues ese día
llegó y creo que, con la formación recibida, lo que nos haya tocado pelear a
cada uno para salir a delante y “la tutoría” por parte de nuestras chicas para
muchos de nosotros, ese objetivo de hombres de provecho se ha cumplido.
Concluyendo,
pienso que ha constituido por una parte un reencuentro gozoso con muchos
compañeros que vivimos en familia aquellos años de adolescencia o juventud y
por otra, un reconocimiento a la formación recibida, que valoramos muy positiva,
en la que el Colegio de Cambados ha sido el centro neurálgico de nuestra
primera etapa.
Unas
jornadas muy agradables que quedarán grabadas en nosotros, mejor todavía que
las fotos y videos. Muchas gracias a todos y enhorabuena a los organizadores.
Un abrazo,
Carlos López.
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