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martes, 6 de junio de 2017

CRÓNICA VIAJE A CAMBADOS (1-4 Junio 2017)




ENCUENTRO

CAMBADOS (1-4 Junio 2017)

            Surgió la idea, como un comentario de tantos, hará 2 años, pero sin ninguna pretensión. Y esa semilla fue echando raíces porque nos gustaba y el año pasado, cuando celebraron en Astudillo el 50 aniversario de su Profesión el curso de Carlos M. Celada, Juanjo Husillos, Herminio y nuestro querido Juan López, decidimos llevarlo a cabo. Coincidiría con el mismo aniversario, en esta ocasión de nuestro curso, pero el planteamiento sería diferente: una visita a Cambados para todos los Antiguos Alumnos Salesianos que habíamos pasado por allí.
            Los grupos que llevan varios años funcionando, con contacto entre ellos, son León, Palencia, Salamanca, Valladolid y Madrid. Y quienes decidieron organizarlo fueron los de Palencia, León y Valladolid con sus líderes a la cabeza: Víctor Martínez, José Luis Tovar y Emiliano Cabezón. Ellos con la colaboración inestimable de Manuel Ángel Celada, que viaja con frecuencia por la zona de Sanjenjo, “se arremangaron” (como dicen en mi pueblo) y, tras fijar las fechas, buscaron los hoteles, restaurantes, buenos precios, lugares, nuevos compañeros… Todo un compromiso y un buen trabajo.
            Entre tantos es inevitable que surja alguna situación que a más de uno le impidió realizar el viaje previsto. En más de un caso, ya en nuestras edades, se trataba de una intervención quirúrgica, por lo que deseamos que se recuperen bien. Con todo, nos juntamos alrededor de 120 personas. Uno desde Canarias, dos de Barcelona, otros de Bilbao, Burgos, Madrid, Salamanca, Sevilla, Guadalajara, Valencia, Asturias etc. Todo un éxito.
            El día central fue el 3 de Junio en el Colegio de Cambados. El solillo iluminaba la piedra del edificio, los patios, y los jardines. Seguro que la Comunidad se había molestado en cuidar todo el recinto para acogernos. Estaba todo precioso. Desde fuera resultaría todo un espectáculo contemplar las caras de alegría al vernos después de un año y sobre todo las de sorpresa al reconocernos tras 40 o 50 años, abrazos y sentimientos a flor de piel. Entre tanto nuestras damas, como siempre, dando una nota  de mayor sensatez en su reencuentro, porque algunas ya se conocían de otras ocasiones, dejando y comprendiendo nuestra algarabía. ¿Juvenil? Por supuesto que no, la mayoría jubilados, pero el júbilo parecía más propio de críos. Disfrutamos todos muchísimo.
            El Director de la Comunidad, José Rodríguez Pacheco, Hermenegildo, Ángel Pellitero y Carlos Celada nos acompañaron en todo momento para enseñarnos las instalaciones. La capilla, el teatro, el comedor y un dormitorio se mantenían casi tal cual. Los cambios más destacados (tres dormitorios, aulas, polideportivo, la casa vieja, la granja… y la ausencia de los magnolios centenarios). La persona que constituye el pilar de Cambados, D. Luis Ordóñez, se conserva estupendamente; con sus 87 años continua trabajando, conduciendo la furgoneta, atendiendo a todo el mundo y sonriendo como siempre. Tuvimos misa en la Capilla, que tantas veces habíamos visitado, bien iluminada, llena de flores y presidida por María Auxiliadora.
Tuvimos la comida en el mismo comedor de antaño, muy grata al tener ocasión de charlar entre nosotros, o quizá gritar porque el tono le habíamos elevado unos cuantos decibelios como en los viejos tiempos. Y de postre, la agradable visita de D. Ulpiano que vino desde Coruña para vernos, y la sobremesa que, al alargarse un poco, hizo que suprimiéramos el paseo programado a la Roca, para acercarnos a la Toja y continuar la tertulia.
            Algunos recordamos aquellas canciones simpáticas de los viajes, como Carrascal, carrascal, qué bonita serenata, en la que cada uno iba poniendo letrillas. O aquélla, un poco “tirandeira” en los años de Filosofía: Que vivan nuestros superiores, que con sus santas enseñanzas, iluminan nuestras mentes y nos hacen hombres de provecho, pal día de mañana. Pues ese día llegó y creo que, con la formación recibida, lo que nos haya tocado pelear a cada uno para salir a delante y “la tutoría” por parte de nuestras chicas para muchos de nosotros, ese objetivo de hombres de provecho se ha cumplido.
            Concluyendo, pienso que ha constituido por una parte un reencuentro gozoso con muchos compañeros que vivimos en familia aquellos años de adolescencia o juventud y por otra, un reconocimiento a la formación recibida, que valoramos muy positiva, en la que el Colegio de Cambados ha sido el centro neurálgico de nuestra primera etapa.
            Unas jornadas muy agradables que quedarán grabadas en nosotros, mejor todavía que las fotos y videos. Muchas gracias a todos y enhorabuena a los organizadores.
            Un abrazo, Carlos López.

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