VISITA
DEL RECTOR MAYOR D. ÁNGEL FDEZ. ARTIME
A LA
FAMILIA SALESIANA DE VALLADOLID
El Rector Mayor D. Ángel
Fernández Artime está estas días en España, del 28 de abril al 14 de mayo,
visitando y conociendo de primera mano cuantas comunidades, asociaciones y
presencias salesianas le sea posible pertenecientes a las dos inspectorías hace
poco reestructuradas.
Pues bien, el día 4 de mayo ha venido a Valladolid, donde
se ha reunido con la Comunidad Salesiana de Pajarillos y representantes de las
diferentes organizaciones de la Familia Salesiana. Han comido también juntos,
entre cuyos invitados se encontraba el Arzobispo de Valladolid y Cardenal D.
Ricardo Blázquez. Sobre el desarrollo de este encuentro podéis encontrar
información y fotografías en el enlace
http://www.salesianos.es/Articulos/7096/1/1/Rector-Mayor-Somos-quienes-somos-para-ser-alternativa-
Nuestro Presidente de la A. de Antiguos Alumnos Tirso
Muñiz, que también participó de la jornada, me comentó que todo se desarrolló en
un ambiente muy cercano. Como detalle, me dijo que a todo el mundo le salía
natural tratarle de tú y que, tras el
ágape, como remate a la sobremesa, el Director de la Comunidad Pedro Arroyo armado
con el acordeón entonó el “Asturias, patria querida”. Aquello debió sonar por
todo lo grande, poniendo la guinda a la gran acogida realizada con nuestro
insigne y querido asturiano. Los organizadores debieron invitarle a descansar
un poco, pero decidió seguir saludando y charlando con todos los que pudo fuera
de formalidades y haciéndose un montón de fotos, que se pueden ver en la página
indicada.
Al resto de los mortales nos habían avisado de su visita
a Valladolid y que, por lo apretado del programa, podíamos verle y tomar un
cafetito de cuatro a cinco aproximadamente, donde dirigiría un saludo a los
miembros de la familia salesiana que pudieran asistir, pues tenía que salir
pronto para Madrid.
Pues allí nos encontramos un buen grupo de personas en la
sala del Centro Juvenil. Mientras tanto, todo el ambientazo de fotos y saludos
estaba en el exterior que nosotros desde dentro no percibíamos. Al cabo de un
ratillo entró en la sala con el mismo talante, saludando de un modo muy cordial
a todo el mundo.
Me siento obligado a decir en su favor que al verme se
acercó directamente y nos dio un abrazo a Alegría, que conoció siendo
Provincial, y a mí. Me recordó algunos detalles agradables que conocíamos los dos de su época de aspirante en Cambados,
y buenos recuerdos que compartimos siendo yo “clérigo”, como llamábamos a los
años de trienio. Allí coincidimos esos tres años Javier Fdez. Pereira,
Silvestre Llamas y yo, participando en todas las labores docentes y educativas
con toda la ilusión del mundo las 24 horas del día, como el resto de compañeros
repartidos por los Colegios Salesianos. Pero la coincidencia de que el actual
Rector Mayor, con la categoría que está demostrando, sea nuestro querido Ángel
Fdez. Artime, te llena de orgullo. Pero es un sentimiento que estoy seguro
compartimos todos cuantos le hemos tratado. Perdonad el inciso.
Continuó saludando
a cuantos allí se encontraban, a muchos de los cuales conocía
personalmente y ya, para comenzar el acto programado “Saludo a la Familia
Salesiana”, Luis Martín Cabello nos invita a sentarnos y guardar silencio,
porque si no, el ambiente de camaradería que se había creado hubiera continuado
indefinidamente.
La sala estaba a rebosar y comienza bromeando con Pedro:
Me habías dicho que a estas horas vendrían sólo unos 8 ó 9. Y comenzó
recordando sus años jóvenes en Valladolid, donde cursó sus estudios de
Filosofía con los Dominicos de San Pablo, y participó en la Parroquia, partidos
de balón cesto y el Centro Juvenil. Se acordaba de nombres, algunos de ellos
presentes, de familias, madres y jóvenes. Se le notaba que lo pasó muy bien en
Pucela.
Nos hizo luego un resumen de su vida como salesiano,
citando los lugares por los que pasó, León, Avilés, Orense… (no sé si el orden
es el correcto) y teniendo muy claro que él quería dedicarse a los jóvenes con
un contacto directo con ellos. Esto era así hasta el punto que dijo a la señora
que estaba en Portería cuando él ocupaba el cargo de Director en Orense:
“Cuando alguien pregunte por mí, si yo estoy en el patio con los chicos, no me
avises sea quien sea. ¿De acuerdo? Ni aunque sea el mismísimo Rector Mayor o el
Papa”. Pasado un tiempo, la buena mujer le dice un día al finalizar un recreo:
D. Ángel, le ha llamado el Rector Mayor. -Pero cómo no me has avisado. -Usted
me dijo hace tiempo… -Perdona, es verdad que te lo dije.
Le llamé y ahí comenzó mi nuevo destino como salesiano
desarrollando otras funciones, que me separan del trabajo diario con los
jóvenes, como Provincial de la Inspectoría de León, de Argentina y
posteriormente, cuando tenemos el Capítulo en el que elegiríamos al nuevo
Rector Mayor, yo me hacía ilusiones de volver a España, pero mirad por dónde.
Os aseguro que nadie se gastó un euro ni tiempo, y menos yo, en campañas ni
publicidad. Sólo hablé durante el Capítulo en dos ocasiones y en ambas 5
minutos. Quedé sorprendido que en la primera votación entre otros muchos
saliera mi nombre, pero ni por asomo sospeché que eso fuera cobrando fuerza y
me eligieran. Cómo iba a decirles es que no puedo, no sé… estaba desbordado, respiré
hondo y sólo dije en ese momento “me confío a vosotros y a todos los
salesianos”.
El nuevo papel que me toca desempeñar ahora como Rector
Mayor es muy grande que sobrepasa a cualquiera, pero (siguió contando como si
fuera su gran secreto, su manantial de inspiración y nuevas energías) tengo la
llave de la Basílica de María Auxiliadora de Turín donde, siempre que lo desee,
entro allí solo y rezo ante el gigantesco cuadro de María Auxiliadora o apoyo
mi frente sobre el cristal de la urna de Don Bosco pidiéndole me ayude a
continuar su misión, como él mismo hubiera hecho en el siglo XXI. Esta función,
dice dirigiéndose a varias madres que están enfrente, es la de dirigir,
coordinar y animar a una familia, muy parecido a las familias que dirigís
vosotras.
Y comienza Ángel a relatarnos sus viajes por todo el
mundo, con algunos desplazamientos agotadores de 24 y hasta 30 horas en avión
para llegar al destino (con alguna escala, claro), pero muy reconfortantes al
conocer la labor de tantos Salesianos y miembros de la Familia Salesiana. ¡Qué
labor más hermosa se está haciendo en todos los países en los que estamos
presentes!
Como había niños en la sala, se lanzó a contar varias
anécdotas curiosas dirigidas a ellos de modo especial. Por ejemplo, los
expertos aseguran que hay más especies de animales en el Amazonas que en el
océano Atlántico; que le ha tocado comer gran variedad de comida y de lo más
extraño, como culebra, armadillo, hormigas de muchos tipos, algunas de ellas en
sopa, otras tostadas que estaban crujientes como cereales, pirañas, etc.
Nos contaba con especial emoción la cantidad de centros salesianos de acogida a chicos/as de la calle, que de otro
modo hubieran estado abandonados a su suerte, y allí son recibidos con los
brazos abiertos y, en la medida que ellos quieran, reciben una educación, emprenden
una formación y despiertan un sentido ilusionante a su vida. Narraba el caso de
un joven capitán de crucero que se presentó a un grupo de estos chicos y les
contó un poco su profesión; ellos extrañados y sin saber por qué les hablaba
este hombre, quedaron sorprendidos cuando les dijo que también él estuvo
viviendo y durmiendo en la calle como ellos, hasta que alguien le invitó a ir
con los salesianos y, después de estar varias ocasiones, le dijeron que también
se podía quedar cuando quisiera. En ese momento comenzó su nueva vida.
Otro caso similar, el de una joven muy guapa, una
auténtica modelo, trabajadora en una empresa de prestigio, contaba su durísima
historia a un grupo de chicas procedentes de la exclusión social y explotación
sexual; siendo jovencita su padre la violaba hasta que años más tarde un día
tuvo fuerzas para huir de casa; ya en otro lugar preguntó a un policía dónde
podía dirigirse y recibir alguna ayuda, y éste le indicó una casa salesiana.
Allí se sintió acogida y surgió su nueva vida. Y les dijo que lo más importante
que había sucedido en su vida, más todavía que la decisión de escapar de la
casa de su padre, fue la de sentirse acogida por la familia salesiana.
Y como éstos, muchísimos casos más, como los niños y
niñas procedentes de las guerrillas en Colombia, donde habían estado empuñando
fusiles o realizando otras funciones.
Y sigue diciendo convencido, con palabras que le salen
del alma: “Muchísimos niños y jóvenes, sobre todo los más necesitados, están
esperando nuestra ayuda. No tenemos que tener miedo. Nos están esperando. En
cada lugar del mundo donde hay una presencia salesiana, como ésta de Pajarillos
que también está en el mundo, se hace una gran labor. Y cada persona como
vosotros, cada uno en el entorno de su familia, trabajo, grupo de amigos y
personas con quienes os relacionéis, vivid con el espíritu de D. Bosco, que
milagros como éstos seguirán sucediendo todos los días”.
Al dar por terminada su intervención, nos invitó a
hacerle alguna pregunta y Félix Rueda, nuestro querido ex presidente, a quien
también conoce Ángel, levanta la mano y le dice: D. Bosco tuvo cinco sueños que
poco a poco fue haciendo realidad. ¿Tienes tú algún sueño que quieras llevar a
cabo?
A nuestro Rector Mayor se le escapa un gesto muy
elocuente como diciendo menuda preguntita y sale bromeando “a estas horas
estábamos mejor durmiendo la siesta”. Y acto seguido responde, pues sí también
tengo un sueño que podemos dividir en cinco, que ya comuniqué en una carta a
los salesianos:
1.- Sueño
con que todos los salesianos estén contentos y sean felices de serlo.
2.- Que
sean hombres de fe y estén llenos de Dios.
4.- Que
no somos una organización social, sino Evangelizadores.
5.- Que
sigamos siendo una Congregación siempre Misionera.
“Como D. Bosco, con los jóvenes, por los jóvenes y para
los jóvenes”.
Pedro Arroyo intenta cortar porque ya era tarde, pero
Ángel estaba feliz y continuó un poco más, reanudándose ahora las despedidas y
fotos generales, de grupos y algunas particulares. Tuvo que entrar el
Provincial Juan Carlos porque si no, no había manera. Y es entonces cuando, y
esa fue mi sensación, vuelves a ser un poco más consciente de la realidad, que
Ángel Fdez. Artime, esa persona tan cercana y querida para todos cuantos le
hemos tratado, es el Rector Mayor y le toca moverse por otras esferas. Y que,
como D. Bosco, esas esferas las baja a pie de calle haciendo nuevas conquistas
por donde va.
Y creo que Ángel, nuestro querido Rector Mayor, ya está
haciendo realidad su petición ante la urna de D. Bosco: la misión que éste
hubiera hecho en el siglo XXI.
Carlos López
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