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martes, 20 de mayo de 2014

VALIÓ LA PENA, VALE LA PENA Y SEGUIRÁ VALIENDO LA PENA. PEDRO CHICO

Historia-Vocación
 UNA VIDA DE ENTREGA
Peinando muchas canas a mis 63 años puedo seguir recordando aquel gran día en que un visitador salesiano me dijo: "Alista tus cosas que los Salesianos te esperan en Astudillo-Palencia".
Con la salida del seno de mi familia empezaba a recorrer la gran aventura de mi vida a lo largo y ancho de este mundo: Astudillo. Cambados, Urnieta, Zaragoza. Tiempos de formación  de mucha dedicación, esfuerzo, trabajo, en un ambiente muy humano, familiar, alegre por la cercanía de los salesianos con los alumnos, que nos hacían sentir el protagonismo en las pequeñas cosas.
Terminados los años de estudios empecé el periodo de formación en el trabajo dando clases y al frente de los Centros de Formación Profesional: León, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Honduras y ahora en Costa Rica. Ha sido otra etapa distinta, por la vida mas activa muy enriquecedora por las riquezas de las distintas comunidades,  el contacto directo con los jóvenes, los grupos juveniles, los oratorios, la rica variedad de culturas; etapas que han ido moldeando y madurando mi vocación  y sentir cada día mas fuerte mi  pertenencia a la congregación dando mayor sentido e identidad a la vocación de religioso laico que el Señor me ha regalado.
Lo de ser Salesiano lo he tenido claro desde los inicios al conocer a Salesianos que me cautivaron por su testimonio de vida alegres, sacrificados, entusiastas, con mucha familiaridad desde su sencillez.
 ¿Por qué Religioso Laico? Esto me tocó madurarlo con mucha calma. Hice el bachillerato en el Aspirantado Salesiano en Cambados, después de pasar de Astudillo el primer año. En este año conocí a muchos sacerdotes y coadjutores excelentes pero no me simpatizaba tanto la figura del sacerdote por su mayor rigidez, la vestimenta, la absorción por administrar los sacramentos, entre otras cosas. Era para mi  más atrayente  la figura del salesiano coadjutor por su mayor cercanía cercanía, siempre con nosotros y su testimonio me caló mucho más y mi apego a María Auxiliadora fueron determinantes para mi elección, recia vocación de religioso laico de la que nunca he dudado y que me ha hecho muy feliz.
Los Salesianos misioneros llegaban al Aspirantado y nos narraban con mucho entusiasmo sus experiencias, vivencias, retos y aventuras en tierras de misión. Esto prendió en mí rápidamente como una llama en los primeros años de aspirante; quería irme a misiones al terminar el noviciado, pero me aconsejaron que primero me preparara. Así lo hice y a los 25 años pedí trabajar en las misiones, solicité trabajar en América, deseo que se me cumplió.
Los primeros 3 años fueron en Bolivia, 15 años en Managua-Nicaragua, 2 años en El Salvador, 16 años en Tegucigalpa-Honduras y ahora llevo 3 años en San José-Costa Rica.
Llevo 44 años de ser Religioso Salesiano Laico y 35 de trabajar en América. Puedo decir con mucha satisfacción y orgullo que VALIÓ LA PENA, VALE LA PENA Y SEGUIRÁ VALIENDO LA PENA, porque me siento muy realizado y sobre todo muy feliz.
Si volviera a empezar de nuevo, tomaría  el mismo camino. Esta vocación, creación genial de Don Bosco, la siento concreta, completa, original y significativa.
Me permite vivir mi consagración en el mundo del trabajo en medio de los miles de jóvenes y obreros que el Señor a través de Don Bosco pone en mi camino y en donde cada día trato de colaborar en la construcción del Reino del Creador ayudando a ser "buenos cristianos y honrados ciudadanos" siguiendo la pedagogía y sistema de Don Bosco.
He tomado en serio la vida, lo cual me ha llevado hasta aquí. Me he empeñado en ser libre, trato de ser autentico, servir, amar, ser feliz, teniendo una constante entrega a los demás, sobre todo a los mas necesitados.

Pedro Chico Barreales
SDB


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