Un día precioso en Arévalo.
La llegada escalonada, los saludos a
los “nuevos” (Fernando Vázquez y Puri, Victorino y Soledad, Carlos y
Alegría...), las grandes colas, la compra de las entradas por Carlos López, la
división del grupo para empezar (más de la mitad) por la segunda iglesia, la
ida al restaurante a tiempo, la comida con tres primeros platos (sopa
castellana, alubias, garbanzos con manitas de cerdo...), el esplendoroso
tostón, los deliciosos postres (sobre todo la leche frita y el arroz con
leche). el café con canciones y el chupito final...
Lo de las canciones merece tema aparte, pues comenzamos diciendo que yo
quiero ser salesiano como don Rúa y Fagnano, y después que Fernando Vázquez hoy
cumplía capicúa, “66 de nada”... (¡Felicidades!), y cumpleaños feliz, y el
Andiamo y después naveira, y Castilla, y muchos más... De modo que los de
Illescas (la mesa de al lado, con otros 18) se animaban pero no llegaban, y los
de la otra mesa nos felicitaban y preguntaban si éramos de una coral.
[Efectivamente: somos de una coral que tuvimos clase de canto durante cinco
años durante media hora cinco días a la semana]...
Y después la tercera iglesia (la más completa), y la despedida en la plaza
con invitación del cumpleañero y la marcha...
Noticias del acontecimiento sacadas de una crónica que mandó Herminio y de
la cual pongo algún párrafo para informarnos un poco del encuentro en Arévalo.
Gracias por hacernos vivir un poco el acontecimiento con vosotros y sigan
estos encuentros tan maravillosos.