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jueves, 28 de abril de 2016

ENCUENTRO DE VALLADOLID 2016.

CRÓNICA DE UN COMPAÑERO.
ENCUENTRO DE VALLADOLID 2016. GRACIAS.
 El 12 de abril de 2016, 13:27, Javier J F. P. escribió:
Los compañeros de Astudillo 68-69  y 69-70 e inferiores 67-68,66-67,ya van por el VIIº Encuentro. Tienen una maquinaria organizativa bien engrasada y dirigida por un equipo formado, entre otros, por Carlos. L., y  dirigido por Emiliano. C. y..., que es una fuerza de la naturaleza y pone un entusiasmo sin límites en estas tareas de las que también se ve que disfruta una barbaridad. Él fue quien me invitó. Le pregunté si ibais alguno de vosotros, los de mi curso, y me dijo que no pero que estaría C, V y también se acercaría Luis , con el que coincidí en el tirocinio práctico en Cambados. Me animó el que Carmelo H., un compañero de ese grupo que vive en Salamanca y con el que tengo una muy buena relación desde el año que pasó con nosotros en el piso de C. de Salamanca, se unió junto a su mujer, R., al evento. 
Yo tenía además un motivo secreto. A este grupo del 68-69 pertenecía  Luis F. G. al que me unía una profunda amistad y que falleció tras una muy larga y penosa enfermedad el año pasado, como os informé. Por él "conocía" a otros de su curso: José Ángel T., José B., Joaquín B., que me apetecía saludar y conocer en persona, pero Joaquín no se presentó. El que sí lo hizo fue Esteban M. L.. de educación, con el que hablamos de algunos conocidos inspectores, de alguno de los cuales no quiero ni acordarme.
A mediodía estábamos en el punto de encuentro fijado, la Plaza Mayor, solo precedidos por Virgilio y su mujer, siempre tan puntuales, que al encontrarse solos ya siendo la hora dudaban si aquel sería el lugar concertado. 
Algunos ya habían llegado el día anterior, creo que fueron los de Galicia, Zaragoza,Bilbao. Los de León, que fletaron un microbus, los de Asturias y Palencia fueron llegando como nosotros, en el día. En total, entre compañeros y sus respectivas mujeres nos juntamos 88 personas (esto lo comprobé con uno de los camareros que nos sirvieron en la comida).
¿Qué decir de semejante encuentro en el que se reviven de golpe tantas experiencias y recuerdos de una etapa de nuestra vida que nos han marcado profundamente en uno u otro sentido? Que no dan abasto las palabras y nos embargan las emociones, la alegría y una cierta sensación de beatitud, junto al deseo de recobrar en poco tiempo la vida transcurrida desde entonces. Eso al menos me sucedió al ver de nuevo a Etelvino L. y, tras más de 44 años,  a Lucio Romo, que me recordó anécdotas ya olvidadas del trienio en Cambados, y a Luis A., cuya mujer, M., ¡casualidades de la vida!, es amiga de mi cuñada P. en Ourense. 
El tiempo fue primaveral y, pese a la amenaza, no llovió lo que nos permitió dar una paseo por la zona monumental de Valladolid. La verdad, hablando con la gente apenas presté atención a la riqueza monumental de la ciudad que resplandecía con su piedra caliza al sol primaveral.
Tras la comida, a la que se presentó Leoncio R., tuvimos la sobremesa amenamente dirigida por Antonio M., que se reservó sus chistes más picantes para ocasión más propicia; y amenizada por Pedro A., sdb, que con su acoderdeón nos levantó a todos de nuestros asientos y nos puso a bailar y cantar a coro. Magnífico, ¡estabamos entregados! El contrapunto triste lo puso los sentidos poemas de Javier R. (?) dedicados a su nietita fallecida con tan solo tres añitos. Seguro que Carmelo y R. lo sintieron más de cerca: ellos pasaron también por eso mismo cuando murió su hijo pequeño.

Los de Valladolid nos obsequiaron con varios detalles y Saturnino, próspero empresario floricultor, sorprendió a las señoras con plantas y flores. Un detallazo. Por cierto, propongo para la próxima, que para este grupo se dijo que será en Cambados,hacer etiquetas identificativas para los asistentes, es la forma de que se pueda reconocer fácilmente a "las señoras de", sobre todo cuando somos tan numerosos.
Eché de menos a Ángel T. pero entre el ajetreo de las despedidas no pregunté por su paradero. Roscales, desde Bilbao, me envió un whatsapp en el que decía estar disfrutando de un encuentro parecido y me transmitía saludos de mi amigo Amadeo A. A ver qué nos cuenta.
 
Son muchas las experiencias, los nuevos conocimientos hechos y las anécdotas del encuentro, pero esto no es una crónica, espero que otros la hagan, solo un comunicar impresiones y la satisfacción por encontrarme con viejos, pero siempre presentes, compañeros y amigos.
Un abrazo a todos, y que siga la ronda.
Javier


GRACIAS A TODOS Y A NUESTRO CRONISTA...